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En ocasiones es común confundir entre biodegradable y compostable, dos conceptos vinculados a la economía circular y cada vez más reconocidos en el marco de una Europa que apuesta firmemente por erradicar los productos de un solo uso. Pero, ¿en qué se diferencian exactamente?
Los productos biodegradables son los que, una vez desechados, se descomponen de forma natural desintegrándose por la acción biológica sin necesidad de productos químicos. Son principalmente de origen vegetal y suelen tardar desde un par de semanas hasta miles de años en descomponerse, según el entorno en el que se encuentren y el tipo de material del que estén hechos. Hablamos de algodón, madera, papel, cartón…
Sin embargo, los productos compostables son aquellos que, además de degradarse, se transforman en compost o abono para poder utilizarse en actividades agrarias. Para transformar los desechos en biomasa, CO2, agua y compuestos inocuos se hace imprescindible la implicación humana. Hablamos de residuos orgánicos o productos elaborados con maíz.
El tiempo que un material tarda en ser compostado depende, entre otros factores, de los organismos descomponedores que participan en el proceso (si son microorganismos, macroorganismos, como las lombrices, etc.), la temperatura y la humedad. Así, nos encontramos con materiales que pueden ser compostados de forma doméstica e industrial y otros que sólo pueden ser compostados de forma industrial (en plantas donde la temperatura es mayor y más estable y la humedad está más controlada, creando entornos más favorables al proceso).
Podemos afirmar, por tanto, que ambos hacen referencia a la forma de descomposición. Pero recuerda, un residuo compostable es biodegradable, pero no todos los residuos biodegradables son compostables.
Cuando no sepas dónde desechar alguno de ellos, recuerda que su sitio es el contenedor gris, aunque si tu municipio ya cuenta con el contenedor para residuos orgánicos, deberás depositarlos preferentemente en el color marrón.
Debemos señalar que en estos contenedores no se deben introducir los restos no orgánicos, como la arena de las mascotas, pelos, colillas, cenizas, ramas de poda, ni aceites de ningún tipo. Todos estos deberán depositarse en el contenedor correspondiente y de forma responsable.
Ahora sabrás señalar y separar el residuo compostable del biodegradable, ¡seguimos aprendiendo! Conoce más acerca de los contenedores y sus residuos correspondientes en nuestra web.