Una sola hoja de papel puede ser insignificante. Sin embargo, el uso de miles de hojas al día causa un grave daño al medio ambiente. La tala de árboles significa un deterioro para bosques, la supervivencia de ciertas especies e incluso para el clima de nuestro planeta, dado que los árboles son los responsables de transformar el dióxido de carbono en oxígeno, y contribuyen a evitar así el efecto invernadero. En la producción de papel que llega a nuestras escuelas, se utilizan varios elementos químicos, entre ellos el cloro, que tiene una incidencia medioambiental en ríos, mares, plantas y animales.
Reducir, reutilizar y reciclar las hojas que utilizamos en colegios y escuelas es primordial. Si somos capaces de reciclar una tonelada de papel, estaremos salvando la vida a 17 árboles.
Acciones para reducir el consumo de papel:
- Aprovechar ambos lados de la hoja al utilizar cuadernos o papel sucio.
- Imprimir a un solo espacio los borradores (en caso contrario se aprovecha la mitad de la hoja).
- No tirar el papel, sino reciclarlo después de utilizar ambas caras.
- Comprar papel reciclado y no procesado con cloro para su blanqueo.
- Usar más la pizarra y el proyector que hojas sueltas para impartir las lecciones.
- Facilitar el reciclaje colocando cestos o carpetas en salas y oficinas.
- Promover la producción de papel reciclado «casero» entre los alumnos.