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A priori parecen ser iguales, pues ambos son materiales transparentes y los usamos indistintamente en nuestro día a día, sin pararnos a pensar cuál es cuál. Sin embargo, la composición de uno y otro difiere totalmente, por lo que resulta fundamental distinguir el vidrio del cristal, para que reciban el tratamiento correcto a la hora de ser reciclados.
El cristal es un sólido perfecto formado por óxido de plomo y es creado por la naturaleza mediante la cristalización de gases, por lo que no se puede reciclar. Por otro lado, el vidrio es un material fabricado a partir de la fusión de componentes como la sílice, la sosa y la caliza, es totalmente reciclable y el único material que no pierde calidad ni cantidad durante este proceso.
Una vez superada la clase de química exprés, seguro que te gustaría saber un método rápido y fácil para distinguir el vidrio del cristal. ¡Nosotros te lo traemos! Prueba con lo siguiente: golpea suavemente el borde del objeto que deseas someter a examen. Si lo que escuchas es un “clin” corto y seco, se trata de vidrio, pero si, por el contrario, ese “clin” se alarga con una bonita sonoridad, el material al que te enfrentas es cristal. Te animamos a que hagas la prueba, te sorprendería la cantidad de objetos que pensamos que son de cristal, pero en realidad están hechos de vidrio.
Llegados a este punto, te estarás preguntando dónde debes depositar, entonces, cada uno de ellos. Pues bien, como ya adelantábamos previamente, el vidrio debe depositarse en el contenedor verde, ya que su composición le permite ser reciclado infinitamente sin que sus propiedades resulten perjudicadas. Por otro lado, el cristal, al estar formado por óxido de plomo, necesita temperaturas de fusión más altas que el vidrio, por lo que no se puede reciclar junto a él. Por este motivo, si tienes algún objeto pequeño de cristal del que deseas deshacerte, podrás depositarlo en el contenedor gris (basura normal), pero si su tamaño es mayor, (una ventana, un espejo, etc.) deberás llevarlo a tu Punto Limpio más cercano.
Aunque si te quieres poner creativo, siempre puedes reutilizar tus botes de cristal o vidrio y convertirlos en pequeños maceteros, lapiceros, portavelas, etc. De esta manera estarás dándoles una segunda vida. ¿Se te ocurren más ideas? ¡Apostamos a que sí! Tu imaginación es el límite.