Lo último sobre la limpieza de Málaga
El polietileno de alta densidad es un tipo de termoplástico que está muy presente en nuestro día a día. Podemos encontrarlo en cascos, envases, juguetes, botellas, cosméticos y mucho más. Es el polímero sintético más producido a nivel mundial. Es inodoro, insípido y no tóxico.
Además de ser muy utilizado en el uso de hogar, su uso en tuberías es habitual para la conducción de líquidos en alcantarillados o en la agricultura. Su uso es más frecuente en sectores tales como la química, la pesca, la construcción o la industria. Es un plástico muy conocido al contar con una gran flexibilidad y resistencia, tener una extensa vida útil y ser seguro y eficaz.
El polietileno de alta densidad sufre oxidación a 50ºC, pero incluso puede degradarse a temperaturas ordinarias en presencia de luz. Por esto, habitualmente le incorporan antioxidantes.
En primer lugar, el material se clasifica y se procede a su limpieza en aras de liminar cualquier residuo no deseado. Lo separamos del resto, homogeneizándolo, para aseguramos que sólo se procesará HDPE ya que si hubiese otros polímeros plásticos en el lote podría arruinarse completamente el producto final reciclado.
En este caso, a menos que el plástico sea demasiado oscuro como para absorber ondas infrarrojas, se le aplican técnicas de radiación infrarroja cercana y posteriormente, se muele y funde para refinar aún más el polímero. Así, convertimos el plástico en gránulos, útiles para fabricar otros productos.
Si en la planta de reciclaje hubiera una empacadora, es posible comprimir los residuos después del consumo con el fin de minimizar la energía utilizada en el transporte.
La acción de reciclar es determinante para aliviar el impacto negativo que generan los residuos en nuestro planeta. Aprende más sobre esta temática, haz clic aquí.