Lo último sobre la limpieza de Málaga
Si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo, Internet también contamina. WhatsApp, Netflix, YouTube, Google, todo aquello a lo que accedemos conectándonos a la red desde millones de dispositivos diariamente necesitan hacer uso de una cantidad de energía que afecta a nuestro planeta.
La demanda de energía derivada de Internet se compone de varios aspectos: los datos que generamos que se almacenan en mastodónticos centros de datos, las redes de comunicación, los dispositivos que utilizamos los usuarios y la energía que se emplea para desarrollar los equipos. Un aspecto importante es la refrigeración de los aparatos electrónicos que también conlleva un impulso alto de energía.
Según Greenpeace, la huella ecológica generada por el tráfico digital asciende a un consumo aproximado del 7% de la electricidad mundial.
Tener todo al alcance un clic nos ha cambiado completamente la vida. Tan fácil es acceder a múltiples recursos, lo es también la utilización una cantidad de energía de la que no somos conscientes. En la otra cara de la moneda tenemos la dificultad para rastrear y calcular los efectos de nuestra actividad individual.
Si antes te costaba creer que Internet también contamina, ahora que eres consciente te preguntarás qué puedes hacer al respecto, ¿cómo reducir el impacto medioambiental derivado de mi actividad en la red?
Existen pequeños gestos que pueden marcar la diferencia si los incluimos en nuestros hábitos. Si reciclar es el gesto más extendido para preservar el medio ambiente cuando se trata de todo tipo de residuos, en este caso se trata de mejorar nuestra actividad en base a unas buenas prácticas:
Apagar los interruptores.
No dejar en stand by la televisión, la impresora o la consola. El 43% de las personas no apagan su televisión ni su router, según un estudio francés.
No dejar el ordenador suspendido.
Usar regletas con interruptor para apagarlas, pues si conectamos directamente a la pared el consumo continúa.
Cerrar las pestañas que no estés utilizando en tu navegador de internet.
Vaciar la bandeja de entrada de tu correo electrónico.
Reciclar no debe olvidarse tampoco, recuerda deshacerte de tus residuos electrónicos en tu punto limpio más cercano.
Con estos consejos podemos convertirnos en ciudadanos más responsables con nuestro consumo y sus efectos en la Tierra.
Mientras avanzamos hacia una energía renovable más presente en todas las áreas y, en este caso, en difuminar la afirmación de que Internet también contamina, tendremos que ponernos las pilas individualmente.
Recuerda que conocer cómo deshacerte de cada residuo nos pone un paso más cerca de el planeta en el que queremos vivir, ¡únete y contribuye con tu grano de arena!