Lo último sobre la limpieza de Málaga
Son cifras aportadas por Greenpeace. Pero ¿y en nuestro país? Únicamente en España, se ha hecho uso de más de 600 millones de mascarillas desechables desde el inicio de la pandemia. Las mascarillas en el medio ambiente están afectando negativamente a flora y fauna.
El uso de guantes para ir a lugares públicos provoca que sea necesario renovarlos con mucha frecuencia. Por consiguiente, desechar mal un producto puede significar que acabe en el mar.
En gran parte, que acaben en el mar es a causa de la irresponsabilidad de las personas. Sin embargo, su peso y volumen reducido pueden ocasionar errores. Por ejemplo, que acabe en el suelo a causa de un despiste, o que una ráfaga de viento la saque de la basura si está muy llena.
Una vez en el mar, uno de los principales problemas es la liberación de sustancias tóxicas que liberan. También supone un alto el riesgo en la vida de animales como tortugas o delfines. Pueden confundirlas con medusas e ingerirlas o quedarse atrapados en los elásticos. El peligro puede llegar a ser mortal.
Un despiste puede determinar que se normalicen las mascarillas en el medio ambiente, por eso debemos ser conscientes de los efectos que se pueden producir, tomar conciencia y actuar en consecuencia.
Aunque parecía que la lucha contra los plásticos de un solo uso estaba prácticamente ganada, la pandemia ha inclinado la balanza. Esto se debe a la necesidad constante de usar guantes, mascarillas y trajes de protección.
Pero, ¿en qué contenedor deben depositarse las mascarillas u otros elementos de protección? Según la OMS, no deben ser depositados en contenedores de reciclaje ni de residuos orgánicos (los contenedores marrones que se están implementando paulatinamente por toda España). En su lugar deben ser depositados en los contenedores grises de basura general.
Dado que el material de protección nos acompañará por más tiempo y la vida útil de estos es de entre 400 y 500 años, es necesario hacer un uso responsable e intentar buscar alternativas sostenibles y biodegradables. Esto aumentaría ligeramente el precio, pero de lo contrario acabaremos pagando todos un precio mucho mayor: el de la salud pública y medioambiental.
Ya no tienes excusa, busca tu contenedor más cercano y contribuye a preservar el planeta.