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Antes de resolver la duda, debemos entender dos conceptos importantes: el ciclo de vida de un producto y la unidad funcional.
De la fábrica al supermercado
El análisis de ciclo de vida (ACV) es una técnica que nos permite analizar el periodo de vida completo de un producto.
En el caso de una botella comienza desde el momento en que se extraen de la naturaleza los materiales que se necesitan para su fabricación. Le sigue la fase de producción en la que se fabrica la botella y, finalmente, la fase de transporte a la tienda o supermercado.
Cuando se termina el contenido de la botella, la podemos reciclar o tirar (fase de fin de vida).
El análisis de ciclo de vida estudia los materiales y la energía que se utilizan en cada fase del proceso. Cuantifica también las emisiones de cada fase y el daño que hacen al medioambiente.
Unidad funcional
Es una forma de analizar qué elemento es más sostenible. La unidad de comparación en nuestro caso es una botella de agua de 33 cl. Por tanto, la unidad funcional es la cantidad de vidrio o de plástico que necesito para guardar 33 cl de agua.
¿Qué es mejor para el medio ambiente?
Es necesario acotar el significado de “bueno para el medio ambiente”. En este caso el baremo que vamos a utilizar es la cantidad de emisiones de CO2 que se emite en cada fase del ciclo de vida. Es decir, cuantas más emisiones, más perjudicial. Vamos a tener en cuenta también otros factores como el agotamiento de recursos, la toxicidad y el cambio climático, entre otros.
Y el ganador es…
El plástico.
Esto no quiere decir que el plástico sea bueno, sino que, en comparación con el vidrio, el plástico es menos perjudicial para el medio ambiente. Esto se debe mayormente al impacto negativo que produce al entorno la fase de transporte de vidrio. Sin embargo, una de las ventajas del vidrio es que puede procesarse infinidad de veces sin perder la calidad, ya que tiene una tasa de reciclaje del 80%. Es importante reciclar vidrio porque contribuimos a reducir el consumo de energía y de residuos al disminuir la contaminación y otros problemas ambientales dando una segunda vida a este material.
Para la producción de vidrio se necesita extraer arena, piedra caliza y carbonato de sodio, entre otros, y el reciclado se lleva a cabo en hornos que requieren altas temperaturas y un alto gasto de energía. Tanto la producción como el reciclado de vidrio son dos procesos bastantes contaminantes.
Por otro lado, uno de los mayores problemas que tiene el plástico es su fase de fin de vida. El nivel de reciclado no es suficiente y muchas botellas acaban incineradas o en vertederos, donde se liberan toxinas perjudiciales para la salud.
Te recomendamos el siguiente post para saber qué plásticos no son reciclables.
Y ahora que tenemos mayor conocimiento acerca del ciclo de vida de los productos, y la unidad funcional… ¿Qué crees que es más perjudicial para el medio ambiente, una bolsa de plástico o una de papel?
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