Lo último sobre la limpieza de Málaga
Desde el año 1969, en el Congreso Forestal Mundial realizado en Roma se instauró el 28 de junio como el Día Mundial del Árbol.
El establecimiento de esta fecha sirve para conmemorar la importancia de los árboles en nuestra vida, tanto para la conservación del medioambiente como por ser una de las fuentes de recursos más importantes que hay que respetar.
Tanto las plantas como los árboles constituyen los comúnmente denominados pulmones del planeta Tierra, siendo capaces de absorber grandes cantidades de CO2 y produciendo oxígeno.
Son fundamentales en la reducción de la concentración de los principales gases de efecto invernadero, y en la lucha contra el cambio climático, planteada en los ya comentados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), redactados por la ONU, y en la Agenda 2030 por la sostenibilidad.
Los árboles sirven además para mantener a numerosas especies (desde insectos hasta aves o mamíferos) y para regular el ciclo del agua. Protegen los suelos, los bosques, las selvas, y construyen ecosistemas limpios y seguros.
Por estas razones es necesario promover una conciencia de protección, conservación y restauración de los árboles y los bosques, haciendo un buen uso de los recursos naturales.
Nuestros árboles están desapareciendo a ritmos inimaginables. Existen muchos organismos a nivel nacional e internacional que informan sobre la realidad que sufren los bosques y velan por su protección. Algunos de los datos más reveladores son los siguientes:
En 2020, los trópicos perdieron 12,2 millones de hectáreas de cobertura arbórea.
De estas, 4,2 millones de hectáreas eran bosques primarios tropicales húmedos, vitales para el almacenamiento de carbono y la biodiversidad.
Las emisiones de carbono derivadas de esta pérdida equivalen a las emisiones anuales de 570 millones de coches.
Entre las razones que más afectan a los árboles encontramos los incendios intencionados o los naturales, derivados de sequías y otras condiciones extremas, fomentadas por el cambio climático y por la presencia de deshechos de los humanos. También, la deforestación relacionada con la sobreexplotación de productos básicos (madera, carne, aceite de palma…) y el crecimiento de la agricultura migratoria, ambas intensificadas por el aumento de precios.
En la medida de nuestras posibilidades, podemos ser partícipes ayudando en la replantación o en la conservación de los árboles. También es necesario un sistema de políticas y economías sostenibles que protejan los árboles antes de que sea demasiado tarde. Pero, ¿qué cosas puede hacer un ciudadano para apoyar la causa?
Si visitar los bosques forma parte de tu rutina, este gesto puede evitar complicaciones futuras. Ya sea con el tratamiento correcto de nuestra propia basura, como recogiendo algunos restos que dejen los demás.
Mediante gestos pequeños, estaremos ayudando a reducir la contaminación ambiental, disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y ahorrar agua, energía y materia prima. Si se utiliza el contenedor azul para reciclar periódicos, revistas, folletos, hueveras de cartón, cajas…; se reducirá la tala de árboles, cuyo fin es obtener nueva materia prima.