Lo último sobre la limpieza de Málaga
El compromiso de la sociedad con la protección del medioambiente se ha generalizado. Si bien es cierto que, en muchas ocasiones, no somos conscientes de que algunos de nuestros actos pueden acabar teniendo efectos contaminantes.
Es lo que ocurre con el fenómeno fast fashion del sector textil, que motiva actividades de consumo perjudiciales para el entorno. ¿Quieres conocer más detalles? ¡Sigue leyendo!
Fast fashion: moda insostenible
El concepto de fast fashion o “moda rápida” refleja las acciones por las cuales la industria de la moda produce grandes volúmenes de ropa en función de las tendencias en estilo e “innovación”. Esto contribuye a que los consumidores accedan a una gran cantidad de catálogo diferente con la intención de fomentar una sustitución acelerada del armario personal.
Estas se fabrican utilizando materiales de menor calidad, asegurando así la capacidad de competir en el mercado con precios bajos y alimentando el bucle del remplazo acelerado de prendas por parte de los usuarios.
El negocio de la moda tiene un gran impacto ecológico a nivel mundial. La ONG Greenpeace agrupa datos impactantes de diversas fuentes:
Esto se une a las consecuencias directas de este nuevo sistema: las prendas acaban cada vez más rápido en vertederos y se consumen muchos más recursos que en una situación de producción normal.
Por último, no se pueden ignorar las condiciones precarias ofrecidas a los trabajadores en los países productores del sector para poder sostener este modelo.
Para evitar estas situaciones, debemos ser conscientes de la composición de los productos que compramos. La principal recomendación recae en la búsqueda de prendas que utilicen materiales de calidad, que sean más duraderas y resistentes para mantenerlas en nuestro armario el mayor tiempo posible.
Informarnos sobre tiendas que fomentan esta práctica y crean colecciones a ritmos indefendibles sirve para evitar la compra de sus productos y buscar otras alternativas. Por ejemplo, podemos recurrir a productores más locales o a empresas que lleven a cabo modelos circulares, a marketplaces o tiendas de ropa de segunda mano, etc.…
También podemos apuntar qué necesitamos en nuestro armario para ser conscientes de si tendemos a consumir más de lo imprescindible y podemos reducirlo o si por el contrario se trata compras específicas o justificadas: ¿compramos por impulso o por necesidad?
Por último: si realmente necesitamos sustituir una prenda, es posible que alguien pueda darle uso todavía. Podemos preguntar a alguien cercano, depositarlas en contenedores especializados, venderlas nosotros mismos o llevarlas a tiendas de segunda mano.
Desde Limpieza de Málaga nos comprometemos con la gestión óptima de los productos que finalmente se desechen. Pero defendemos la importancia de la reducción de residuos como medida defensora del medioambiente. ¡Juntos podemos!