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Lo ecológico es tendencia, pero, ¿sabemos realmente qué significa? Un producto ecológico es cualquiera que se haya cultivado o criado respetando su proceso natural, sin alteraciones o productos químicos, conservando todos los nutrientes que le da la tierra directamente. Esto hace que conserve todas sus propiedades como el sabor, el color o el tamaño real.
¿Cómo aplicamos este concepto a nuestro hogar? Si te gusta cultivar tus propios productos, seguro que te encantará la idea de un huerto ecológico. Para que salga adelante hay que usar fertilizantes naturales, como compost, estiércol u otros que provengan de residuos orgánicos.
Al ser un proceso que no necesita de ningún elemento complejo, cualquiera que quiera y disponga de espacio en su casa puede tener a su disposición cultivos ecológicos propios. Sólo harán falta las semillas de los cultivos que se quieran plantar y los fertilizantes adecuados.
Te aconsejamos sobre fertilizantes para hacer que tus productos crezcan lo mejor posible con todos los nutrientes necesarios:
Estiércol
Es el más fácil y económico de conseguir, se recomienda comprarlo.
Es muy importante que esté compostado, en caso contrario, podría contener semillas de maleza o enfermedades que acabarían en tus plantas.
Está cargado de nitrógeno y se usa directamente en la tierra, ya que restaura los niveles de todos sus nutrientes.
Té de plátano
Aporta potasio, muy necesario para plantaciones como zanahorias o habas, entre otros. Para conseguirlo necesitas: 5 pieles de plátano troceadas.
Procedimiento:
1. Cocemos las cáscaras durante 15 minutos.
2. Lo colamos y nos quedará por un lado el agua de la cocción y por otro las pieles.
3. El agua de cocción la mezclamos con 2 litros de agua para regar las plantas.
4. Las pieles de plátano se pueden usar como alimento para lombrices (en el caso de que tengamos).
Este té se añade en la época de floración o fruto del cultivo, que es cuando más necesita el potasio que este té le aporta.
Granos de café
Otra fuente de nitrógeno y rica en antioxidantes la podemos obtener a partir de los desechos del café (nunca café sin usar, ya que es muy ácido y puede ser dañino para las plantas).
No es recomendable usarlo en plantas jóvenes o trasplantadas, ya que tienen las raíces muy sensibles y pueden parar su crecimiento, o incluso morir.
Sólo se debe esparcir una vez al mes, poca cantidad y sin remover la tierra, dejándolo sobre la superficie. Además, esto también va a servir como repelente de plagas por la película que forma sobre la tierra.
Cáscara de huevo
Aportan calcio a las plantas, un nutriente muy importante, sobre todo en cultivos como el tomate, el pimiento o el calabacín, entre otros de temporada de verano. O algunos de hoja, como la col o la lechuga. Es uno de los abonos más sencillos y efectivos.
Para ello, hay que triturar las cáscaras. Esto se puede hacer con un mortero, o simplemente metiéndolas en una bolsa y aplastándolas con las manos. Después se pone alrededor de la planta y se remueve la tierra para que se integre.
Cabe destacar, que tarda en que lo asimilen y empiece a surtir efecto, por ello es recomendable usarlo de vez en cuando para que cada vez se integre mejor y se le saque más provecho.
¿Te animas a hacer tu propio huerto ecológico? ¡Esperamos que sí! Recuerda contárnoslo si lo llevas a cabo y usar el contenedor marrón para tus restos de plantas.
