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Desde la comunidad de expertos en sostenibilidad no se entiende una actividad empresarial respetuosa con el medio ambiente, sin incluir actos como el reciclaje.
Este espíritu sostenible lo asociamos a la importancia de reducir al mínimo la generación de basura y desperdicios, reutilizar todo aquello a lo que podemos darle una segunda vida y reciclar como última opción una vez pasado por todo este proceso.
Es lo que llamamos el avance tecnológico en el proceso productivo, que permite llevar a cabo una transición ecológica. Se produce desde la economía lineal, que está basada en un concepto tradicional, vinculado al desaprovechamiento constante de recursos. Y se dirige hacia una economía circular donde todas las acciones se encaminan hacia una misma dirección: el aprovechamiento y el alargamiento de la vida útil de todos los productos de los que hacemos uso en nuestro día a día.
Pero… ¿qué palabras debes incorporar a tu vocabulario, para conocer aun más este importante concepto?
Las 7R, claves hacia la sostenibilidad
En esta regla, el orden sí importa. Los conceptos que la conforman, algunas ya comentadas anteriormente, están basadas en la economía circular. Las 7 claves hacia la sostenibilidad permiten al usuario interiorizar este proceso de una manera sencilla y práctica, ¡toma nota y comienza a aplicarlas!
¡El diseño de los productos es fundamental! Repensemos cómo diseñar y fabricar los productos, para minimizar la huella ecológica que transmitimos al planeta.
La sociedad actual consume grandísimas cantidades de producto y se despreocupa de los efectos de este tipo de acciones. Adaptemos nuevos flujos de trabajo que reduzcan el consumo energético y los residuos generados de manera diaria.
La mayoría de los productos que desechamos de manera diaria pueden tener infinidad de usos una vez terminan su función principal. Podemos llevar a cabo multitud de opciones de reutilización que disminuyen su impacto en la huella ecológica del planeta.
Ante de tirar, ¡repara! Obtengamos un ahorro económico, y démosle una segunda oportunidad a ese producto, máquina o herramienta defectuosa.
Los objetos antiguos ¡no tienen por qué estar obsoletos! Actualízalos y aprovecha las opciones con las que cuentan, para volver a llevar a cabo la función para la que fueron creados. No desaproveches el valor que tiene un objeto de calidad.
Si logramos redefinir el proceso de fabricación en nuestras fábricas lograremos recuperar los desechos generados, para poder reintroducirlos como materia prima en el proceso productivo posterior. De esta manera, podremos recuperar el máximo nivel de material posible.
Esta es la última regla y, por lo tanto, la última acción. A través del proceso de reciclaje lograremos ofrecer una segunda oportunidad a todos los residuos generados, para que sirvan de materia prima para nuevos productos.
Apostar por una transición hacia un modelo de consumo circular depende sin lugar a dudas de todos los sectores. Con acciones como la Ley de Economía Circular de Andalucía y el compromiso del sector industrial.
No nos olvidemos de la importancia de las acciones individuales para la conservación del planeta, ayudaremos, entre todos, a la mejora de nuestra calidad de vida.
En este punto, todas las partes involucradas logran un acuerdo sobre la Regla de las 7R: debemos centrar nuestro foco de atención en la gestión que llevamos a cabo de todos estos residuos, en el proceso productivo de nuestras empresas.
Todas las pequeñas y medianas empresas, lideradas por las grandes corporativas, deben trabajar para conseguir una cadena de producción y consumo centrada en la sostenibilidad. Nos encontramos en un punto de inflexión donde debemos actuar más allá y ampliar nuestros objetivos, en el camino del cuidado de nuestro plantea.
¡Apunta estos conceptos que te ayudarán a conseguirlo!