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El plástico está en el punto de mira. Se busca la reducción de su uso para contribuir al cuidado del medio ambiente, debido al largo plazo de degradación. La población cada vez es más consciente de ello, y optan por reciclar, sustituirlo por opciones menos contaminantes o reducir al mínimo su uso.
Pero existe un tipo de plástico que es muy usado de manera inconsciente, ya que está presente en nuestro consumo diario, pero no es visible. Se trata de los microplásticos, y generan un gran efecto de contaminación.
De manera similar al plástico, se trata de un grupo de materiales sintéticos formado por polímeros derivados del petróleo o de base biológica. Están presentes en detergentes, pastas de dientes, productos de tratamiento facial y corporal, como exfoliantes o cremas solares, en fibras de la ropa…
También se forma a partir de la fragmentación de grandes estructuras sintéticas, como bolsas de plástico o neumáticos.
Su escaso tamaño (diámetro inferior a 5mm) es la razón que explica que estas partículas acaben desechadas a ríos, mares y océanos, provocando serios daños a una gran parte del medio natural. Es un material tóxico y de difícil filtrado por parte de las depuradoras.
En 2017, la ONU declaraba que existen hasta 51.000 millones de partículas de microplásticos en el mar. El primer efecto es la propia contaminación, que afecta visiblemente al amplio ecosistema marino, como a las ballenas, tortugas y peces.
Si son ingeridas por animales marinos o por los pequeños invertebrados que componen su alimento, se irán acumulando en su sistema digestivo hasta alcanzar un nivel de toxicidad que no pueden soportar. A largo plazo, puede suponer una gran disminución de la biodiversidad.
Si los animales marinos que son afectados por los microplásticos acaban siendo alimento para los humanos, pueden terminar en nuestro organismo. E incluso, pueden llegarnos a través del agua del grifo. Aún se desconoce su efecto sobre nuestra salud.
Desde LIMASAM hacemos todo lo posible para reducir la cantidad de plástico que acaba en el mar. Desde la gestión óptima de residuos y reciclaje hasta informar a los usuarios sobre cómo pueden ayudar en este aspecto.
