Los huesos de pollo, la cáscara de un plátano, el poso del café…, ¿sabías que pueden dar lugar a una nueva vida?
Los restos de comida y los restos vegetales pequeños son residuos orgánicos y, recogidos de forma separada, pueden degradarse biológicamente y convertirse en nuevos recursos.
Restos de verduras y frutas, restos de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y de frutos secos.
Restos de verduras y frutas, restos de carne y pescado, cáscaras de huevo y frutos secos y otros restos de comida
Papel de cocina sucio, servilletas usadas, cajas de cartón manchadas de comida, restos de posos de café e infusiones y tapones de corcho
Papel de cocina sucio, servilletas usadas, cajas de cartón manchadas de comida, restos de posos de café e infusiones y tapones de corcho
Pequeños restos de plantas flores y hojarasca
Pequeños restos de plantas flores y hojarasca
Mezclada con otros residuos, la orgánica es un residuo difícil de separar y encarece su tratamiento. Separada y depositada en el nuevo contenedor marrón, se aprovechará en el Centro Ambiental de Málaga (CAM) para hacer compost, un fertilizante natural. Un valioso recurso para abonar jardines y cultivos.
Un 15 % de lo que se rechaza para el proceso de compostaje, se aprovecha para producir biogás, una fuente de energía renovable.
Más difícil
Se complica el proceso de aireación del material en el proceso de compostaje y crece la probabilidad de generar olores.
Más caro
Los residuos impropios deben ser extraídos con maquinaria más compleja y su gestión encarece el proceso.
Menos calidad
El compost final tiene más impurezas, reduciéndose sus posibilidades de uso.
Pañales – Compresas – Toallitas húmedas – Colillas – Polvo de barrer y pelos – Excrementos de animales – Arena de gato van al contenedor gris de restos.
Reducimos la cantidad de residuos que llegan al vertedero, un foco importante de emisiones de CH4. Además, cuando los residuos orgánicos se descomponen en el entorno, generan líquidos que pueden contaminar el subsuelo y los acuíferos.
Contribuimos a frenar el calentamiento del planeta con la reducción de gases de efecto invernadero.
Alimentamos nuestras huertas y jardines con compost natural. Devolvemos a la tierra lo que hemos obtenido de ella.
Reducimos el coste de la gestión de los residuos al disminuir la cantidad de residuos que llegan al vertedero.
Creamos nuevos puestos de trabajo en el sector del reciclaje.
Producimos fertilizante natural y energía aprovechando los residuos.
Estamos más cerca de cumplir con la normativa ambiental europea: reciclar al menos el 55% de los residuos en 2025.
Mejoramos la recogida selectiva de los demás residuos, consiguiendo un tratamiento más eficaz y ampliando la vida útil de los vertederos.